lunes, 28 de septiembre de 2009

Microorganismos en el campo de la salud y la industria

Los microorganismos en el campo de la medicina.
Existen microorganismos que son beneficiosos y que pueden ser usados en el procesamiento de los alimentos con la finalidad de prolongar su tiempo de vida o de cambiar las propiedades de los mismos (por ejemplo, para la fermentación llevada a cabo para la elaboración de las salchichas, el yogur y los quesos).
A principios de siglo se descubrió que una serie de enfermedades graves, como la poliomielitis, la liebre aftosa del ganado y el mosaico del tabaco, eran producidas por agentes infecciosos tan pequeños que pasaban a través de los filtros que atrapaban a las bacterias. A diferencia de éstas, no era posible cultivarlos en medios inanimados sino en células vivas como, por ejemplo, en yema de huevo. En 1915, trabajando en Londres, F.W. Twort descubrió que algunos virus, a los que dio el nombre de bacteriófagos, pueden infectar y destruir bacterias. El servicio militar durante la guerra le impidió proseguir sus investigaciones, que fueron desarrolladas por Félix d’Hérelle, en Francia.
Hasta la llegada de las sulfamidas y los antibióticos, la principal arma contra las enfermedades infecciosas era la inmunización, un sistema de prevención más que un tratamiento. En los años 20, la más mortal de las infecciones endémicas seguía siendo la tuberculosis por lo que la elaboración de una vacuna adecuada, en 1927, constituyó un importante progreso. Sus inventores fueron los biólogos franceses L.C.A. Calmette y Camille Guérin, de ahí el nombre de la vacuna (BCG, «bacilo de Calmette-Guérin»). La vacuna era un derivado de bacilos de la tuberculosis bovina, cuya virulencia había sido reducida mediante cultivo en bilis de buey.
TOMADO DE: Los microorganismo la medicina en el siglo XIX [en línea]
http://www.portalplanetasedna.com.ar/medicina2.htm
Fecha de consulta: 28-09-09

Los microorganismos en la industria.
Métodos de conservación de leches fermentadas
Dentro de la gama de productos clasificados como leches fermentadas, el yogur en base a cultivos alternativos son los de mayor aceptación y consumo por nuestra población, ocupando un puesto de primer rango en el empeño por conseguir una alimentación sana.
El desarrollo microbiano depende de varias condiciones del entorno del microorganismo como los ingredientes, nutrientes, actividad de agua, pH, presencia de conservantes, microorganismos competitivos, contenido de gas de la atmósfera, potencial de oxidación-reducción o el tiempo y la temperatura de almacenamiento. El control de estas condiciones, mediante determinados tratamientos específicos, puede servir para limitar, retrasar o prevenir el desarrollo de microorganismos indeseables y de patógenos.
Existen tres estrategias principales para la aplicación de las bacteriocinas en la conservación de alimentos: 1) inoculación del alimento con la bacteria láctica, la cual produce la bacteriocina in situ; 2) empleo de un medio previamente fermentado con una cepa bacteriocinogénica como ingrediente alimentario, y 3) adición de la bacteriocina purificada o semipurificada. Prácticamente cualquier bacteria láctica bacteriocinogénica y/o bacteriocina se puede emplear en la industria alimentaria bajo las dos primeras formas de aplicación. En la tercera forma de aplicación, la acción está más controlada ya que la cantidad de bacteriocina aplicada es conocida; sin embargo, tiene el inconveniente de estar sujeta a la regulación de la lista positiva de aditivos alimentarios.
Hasta la fecha la nisina es la única bacteriocina autorizada como conservante alimentario aunque existen algunas patentes europeas y estadounidenses que cubren el empleo de la pediocina PA-1 en productos lácteos.
A pesar del innegable potencial práctico de las bacteriocinas, no es conveniente extraer conclusiones directas de resultados obtenidos en experimentos in vitro para predecir la eficacia de las bacteriocinas en sistemas in vivo. Ello se debe a que existe una serie de factores que pueden comprometer la eficacia de las bacteriocinas y/o de las cepas productoras en aplicaciones industriales. Entre los factores que afectan a las bacterias lácticas destacan los siguientes:
· La existencia de un ambiente inadecuado (pH, temperatura, nutrientes).
· La pérdida espontánea de la bacteriocinogenicidad.
· La existencia de fagos que destruyan o impidan el crecimiento normal de las cepas bacteriocinogénicas.
· Fenómenos de antagonismo con otros microorganismos presentes en el alimento.

Los factores que pueden influir negativamente en la acción de las bacteriocinas, los principales son:
· La aparición de microorganismos resistentes.
· La existencia en el alimento de condiciones (pH, proteasas, procesos oxidativos, aditivos alimentarios) que alteren la estructura y/o función de las bacteriocinas.
· La posible unión de las bacteriocinas a ciertos componentes alimentarios como grasas o proteínas.
· La dificultad para lograr que la bacteriocina se solubilice o se distribuya uniformemente en la matriz alimentaria.
TOMADO DE: principales métodos de conservación de leches fermentadas [en línea]
http://web.ebscohost.com/ehost/pdf?vid=22&hid=113&sid=284c1507-5522-4829-a6c1-dbbae5c53fbd%40sessionmgr4
Fecha de consulta: 28-09-09

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